Después de un año de cancelación y otro de encuentro con muchas restricciones, el lema del Encuentro de Fraternidades de la Provincia Ibérica en Lardero (La Rioja) de los días 17 y 18 de septiembre no podía ser otro: COMPARTIMOS ESPERANZA Y ALEGRÍA.
Ángel Fernández Lázaro trazó unas directrices para sustentar esta idea reflexionando sobre las comunidades maristas y su respuesta a la llamada del mundo de ser Fraternidades y Comunidades ALEGRES Y ESPERANZADAS. Una llamada a no sólo mantener nuestra fe viva y caliente sino a ser hoguera a la que otros tratan de acercarse para alimentar el calor de su vida de cristianos. En nuestros oídos sonaban los ecos de estas ideas y tras un trabajo personal, la enriquecedora experiencia de encontrarnos por grupos con otras fraternidades.
Ya por la tarde del sábado, queriendo abrir los ojos a otras realidades eclesiales, Raúl y Laura, laicos escolapios, nos presentaron la realidad de los Escolapios de las Fraternidades de Emaús. Encontrar en ellos palabras como Comunidad, Fraternidad, Ministerio Laical nos acercaban con interés a su presentación y nos veíamos reflejados y confrontados. Sobre todo, una gran oportunidad de sentirnos Iglesia en camino, en búsqueda de respuestas.
Pero la tarde nos guardaba más sorpresas; una divertida forma de participar con los grupos de jóvenes convocados en la búsqueda de nuestras raíces de cultura marista. Mediante actividades de pictionary, bailes, mimos y similares pudimos “rascar” en nuestro interior para compartir en bis a bis con los jóvenes nuestras luces iluminadoras maristas: ejemplos de amor a María, de sencillez, de entrega. Todo un verdadero testimonio de cercanía y de unión en torno a la misma mesa. El sábado cerraba con la Eucaristía en la que nos encontrábamos Fraternidades, Comunidades, jóvenes y familias.
El domingo, el Hno. Provincial Abel Muñoz, nos presentó la síntesis de la Asamblea General. Nos indicó la encomienda de MIRAR MÁS ALLÁ con mirada sensible, profética, global e inclusiva y de esperanza. Mirar para ver la realidad y dar respuesta con el objetivo claro de cuidar al necesitado. Una llamada a ser audaces y mirar el futuro del mundo de la Iglesia y de lo marista afrontando juntos el futuro.
Así, nos presentó las ideas del plan estratégico: UN FUTURO CONTIGO y las líneas de acción que lo apuntalan: Espiritualidad, Familia carismática, Educación y evangelización, Transformación de la sociedad, Cuidado de las personas Gestión del cambio. Nos sentimos afortunados y agradecidos por este aporte de luz y transparencia.
La oferta formativa experiencial que el Equipo de laicado nos ha propuesto, junto con una toma de pulso de la marcha de nuestras fraternidades, ha puesto punto final a un encuentro vivido en plenitud, esperanzador, estimulante y generador de vida para nuestras Fraternidades y sus realidades locales, donde entendemos que nuestra labor es generar vida y ser testimonio del Evangelio.
Autora: Lucía de la Iglesia