La tercera semana de formación para directivos y futuros directivos maristas ha finalizado en la Casa Marista de El Escorial, dejando una sentimiento de satisfacción en el equipo de 27 participantes.
Este último encuentro fue una inmersión total en el desafío de la innovación, una renovación de la identidad marista, un profundo análisis de la gestión del conflicto y la convivencia en el entorno escolar, así como una incursión en el vasto mundo de los recursos humanos mediante ejercicios prácticos.
Entre las actividades programadas, también hubo espacio para la exploración de dicha casa marista. Una visita guiada transportó al grupo a épocas pasadas, recordándoles que la innovación también fue una necesidad constante en otros tiempos.
La cena compartida alrededor de una misma mesa no solo cumplió la función de nutrir el cuerpo, sino de alimentar las aspiraciones y objetivos compartidos, reforzando el vínculo fraternal que caracterizó seis días de convivencia. Fue una semana en la que los participantes experimentaron, además, la atención y el cuidado ofrecido generosamente por los hermanos de dicha casa marista.
Si bien es difícil resumir la clausura de esta formación en algunas líneas, tanto para los asistentes como para los formadores y equipo organizador, quedó claro que el camino a seguir está determinado por la necesidad permanente de formación y aprendizaje. Otra de las conclusiones del encuentro es que, más que un evento formativo, estos cursos son una experiencia de crecimiento personal y colectivo que reafirma el compromiso de la comunidad educativa marista con la excelencia y la innovación.