Motivación
Tengo un plan: Adaptar mis ilusiones y sueños a las necesidades del curso, es decir, buscar en cada asignatura aquello que puede ser compatible con mis gustos, mis hobbies, etc.
Recurso 1
Canción “Sueños” de Diego Torres
Recurso 2
–Pedro Calderón de la Barca (1600-1681), La vida es sueño (1635)
Jornada 3, escena 19 (monólogo de Segismundo)
SEGISMUNDO:
Es verdad, pues: reprimamos
esta fiera condición,
esta furia, esta ambición,
por si alguna vez soñamos.
Y sí haremos, pues estamos
en mundo tan singular,
que el vivir sólo es soñar;
y la experiencia me enseña,
que el hombre que vive, sueña
lo que es, hasta despertar.
Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe
y en cenizas le convierte
la muerte (¡desdicha fuerte!):
¡que hay quien intente reinar
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte!
Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.
Yo sueño que estoy aquí,
destas prisiones cargado;
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.
Recurso 3
Corto sobre los sueños;
Recurso 4
Oración – “Y tengo amor a lo concreto” de José María R. Olaizola, sj
No basta un «habría que»
para dar forma a los sueños.
Pintar el amor
en muros de piedra
no garantiza vivirlo.
Conformarse
con listas de canciones tristes
es jugar a los náufragos.
La profecía no puede ser tan solo
un eslogan de camiseta.
No hay expertos en todo.
De poco sirve un quizás
cuando nos pides un “sí”;
de nada, un «alguien lo hará»
cuando tú esperas un «yo»
Es la constante tensión
que atraviesa nuestros días.
sobrevolar, o zambullirnos.
Tú pones la encrucijada,
y nos dejas la decisión:
Vender aire
o ser testigos del Reino.