Las primeras dificultades traen también las primeras dudas. Si algo tiene la juventud es que los miedos se ven diferentes. O directamente no se ven. ¿Reconozco mis miedos?.
Controlar mis miedos me hace fuerte.
¿Cómo afronto el miedo? ¿Puedo superarlo? Le daré la mano y aprenderé a convivir con él, no me rendiré.
Cuenta conmigo, cuenta tus miedos.
No rendirse es saber bien de quién nos fiamos.