Motivaciones
Con el lema “Cuenta conmigo” queremos volver a los inicios de la tradición marista, a poner a los niños y jóvenes no solo como núcleo de nuestra acción educativa, sino como motor de la misma. Es nuestro modo de contribuir a que cada persona tome conciencia de su propia identidad, de la libertad de mirar al futuro con esperanza, de la capacidad de reconocerse protagonista en la compleja trama de la existencia personal y colectiva, de ser agente transformador de la propia realidad y de integrar la fe y la vida, y todo desde una fuerte experiencia de sentirse profundamente amada por Dios.
Motivación marista
En 2017, el Instituto Marista celebró doscientos años de vida. En ese año los Maristas del mundo nos reunimos en el XXII Capítulo General y asumimos algunos compromisos, uno de ellos, “desarrollar iniciativas de empoderamiento de los niños y jóvenes en todas las realidades de misión” donde nos encontramos.
El empoderamiento de niñas, niños y jóvenes sólo es posible mediante el ejercicio del derecho a la participación, principio rector de la Convención sobre los Derechos del Niño de la ONU, aprobada por su Asamblea General en 1989. La Convención también ha tenido impacto en el Instituto Marista y en este periodo se han multiplicado los ejercicios y espacios de participación infantil y juvenil en diferentes niveles de animación y gobierno.
Motivación bíblica
¿Qué tipo de protagonismo es el que estamos buscando? ¿El protagonismo de postureo o el que compromete de corazón? ¿El protagonismo del like o el protagonismo que supone el dar vida? Nuestra propuesta es la de ser protagonista de una propuesta profunda, que compromete, que implica ir contracorriente, que busca ser continuadores de la propuesta de Jesús de Nazaret. Lo fundamentamos en el relato Bíblico de la instauración de la Eucaristía, que presentamos junto con unas propuestas para trabajarla en el aula o en grupos de reflexión.
La Palabra nos inspira: Mateo 26,31-35
Entonces, Jesús les dijo:
Esta misma noche vais a fallar todos por causa mía, porque está escrito: «Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas del rebaño»; pero, cuando resucite, iré por delante de vosotros a Galilea. […]
La Palabra nos inspira: Mateo 26, 26-30
Mientras comían, Jesús cogió un pan, pronunció una bendición y lo partió; luego lo dio a sus discípulos, diciendo:
Tomad, comed; esto es mi cuerpo. Y cogiendo una copa, pronunció una acción de gracias y se la […]
La Palabra nos inspira: Mateo 26, 36-46
Entonces fue Jesús con ellos a un huerto llamado Getsemaní, y dijo a los discípulos:
Sentaos aquí, mientras voy allá a orar. Y tomando consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y turbarse. […]
Conclusiones finales
No busques la validación en otras personas. Céntrate en aumentar tu valor personal.
La resurrección es la validación de una vida fecunda por parte del Padre de Jesús. Una vida fecunda es la que persevera en el amor. […]
Cuenta Conmigo
Desde los primeros tiempos de su obra, Marcelino Champagnat fue creativo y audaz para acercarse a la realidad de los jóvenes de su época. Apenas llevaba unos pocos meses como coadjutor en La Valla, cuando fue llamado a asistir a un joven moribundo, que nunca había oído hablar de Dios. Lo hizo dejando atrás todos los prejuicios de la época, colocando a la persona en el centro. La experiencia Montagne caló tan hondo en su corazón que toda su vida la dedicó a una única misión: dar a conocer a Jesucristo y hacerlo amar a todos los jóvenes, especialmente a los más necesitados. La visión de un joven cambiaría para siempre su sentido de la misión, la cual acometería también de la mano de dos jóvenes, un 2 de enero de 1817.
La historia desde entonces es conocida por todos los maristas de hoy, herederos de su carisma. Pero hay un elemento que quizá ha pasado desapercibido. Para su primera comunidad, precursora de tantas comunidades de educadores, no llamó a profesores experimentados ni a religiosos veteranos. Como indicábamos antes, llamó a dos jóvenes, 22 años uno, 16 años el otro. Jóvenes a los que dio un protagonismo inusual para la época, a los que puso en el centro de su misión educadora y evangelizadora, y de cuyo trabajo sus frutos perduran más de doscientos años después.