Uno de los aspectos fundamentales de las formaciones maristas es la convivencia. El encuentro, compartir intereses y poder trabajar juntos ayuda a ser mejores profesionales, porque sabemos que para educar hay que amar. En esta línea, el curso en Función orientadora marista destaca por el entusiasmo de los participantes que señalan el compartir como aliciente para crecer.
Desde el lunes 13 hasta hoy alumnos, ponentes y organizadores han coincidido en el Módulo II de formación del curso de ‘Función orientadora y atención a la diversidad’ que ha tenido lugar en El Escorial. Hasta un total de veinte personas llegadas de las provincias maristas de Compostela, Ibérica y Mediterránea han podido compartir en el aula ejercicios y retos para mejorar estos aspectos.
Sobre todo trabajando en equipo y experimentando distintas dinámicas de aprendizaje y crecimiento. Pero también trabajando mano a mano con los compañeros y ponentes.
Cuenta Inés del colegio Champagnant en Salamanca, provincia de Compostela, que esta segunda semana «se afronta con más ganas porque ya conocen a todos los compañeros, a Patxi, ya se sabe cómo es la organización y la estructura y aunque no se conozcan los temas exactamente, se va más sobre seguro. Pero sobre todo se coge con más ilusión porque están las ganas del reencuentro con los compañeros».
En estos días se ha podido trabajar en la temática del curso desde lo personal a lo grupal, con ejercicios y exposiciones conjuntas que destacan por su originalidad en técnicas y materiales para el aprendizaje y crecimiento.
Si en algo coinciden los asistentes del curso es en la alegría que supone avanzar juntos para mejorar luego en sus provincias de origen todo lo aprendido.