Empezaría diciendo, GRACIAS, por el regalo recibido, al poder participar en estas semanas de formación. Me centraré en esta última semana. Iba con mucha ilusión y deseando conocer la casa y alrededores, me habían hablado maravillas y lo he podido confirmar.
Ya nos conocíamos el grupo, y el encuentro fue cálido y familiar. Destaco, el trato cercano de todos, y viniendo de diferentes sitios cada uno de nosotros, llevamos ese sello muy Marista de la sencillez y la buena acogida. Agradezco profundamente lo pendiente que Ángel y el Hermano Andreu, han estado de todos nosotros para cualquier cosa que necesitáramos, traslados, pequeños detalles, en definitiva, hacernos sentir como en casa, nuestra casa.
Ha sido muy enriquecedor encontrarnos con compañeros de otros colegios y compartir las mismas inquietudes y preocupaciones, y sentir que estamos en el mismo barco, remando para dar lo mejor de nosotros y seguir con la misma ilusión y profesionalidad para sacar el mejor rendimiento de nuestros alumnos. Me encantó sentir que la gente después de muchos años en la profesión sigue ilusionada con el mensaje de San Marcelino: “Formar buenos cristianos y honrados ciudadanos. Y que todos nos sentimos Maristas.
Destacaría la charla que tuvimos en la capilla la última mañana con un hermano sobre María, los paseos y conocimiento de la historia de la casa que el Hermano Andreu y el encargado de la misma nos fueron contando después de comer y al anochecer. Las barbaridades que se cometieron en esos frontones por pensar diferente. Tantos Hermanos mártires.
La visita al cementerio, me impactó, y a la vez me dio paz. La imagen de la Virgen en una postura de acogida, con los brazos abiertos. El ruido del agua, el silencio, acompañado por el canto de los pájaros.
Las diferentes imágenes de María y lo que a cada uno de nosotros nos decía fue muy bonito, ir caminando y pararte a mirar a la Virgen de frente y de espaldas.
El silencio de la casa que te permitía encontrarte contigo, y posibilitaba que el encuentro con el otro fuera con otros ojos. Le mirabas desde lo profundo, sin juicio. El respeto y la colaboración entre todos.
Pasamos un día muy agradable visitando Barcelona, fue un día de convivencia diferente, más informal. La acogida del colegio, comiendo, visitando sus instalaciones. Visitamos la Sagrada Familia, con una guía estupenda. Terminamos con una cena en el puerto, mirando al mar.
Aquí destacaría, lo que me impacto, la visita a las dos obras sociales. Son realidades terribles que en nuestro día a día no vives, sabes que existen pero no las vives en primera persona.
Y terminaría diciendo GRACIAS igual que empecé pequeño escrito, por todo lo que me llevo de esta vivencia, que seguro contribuye a que siga creciendo como persona.
María Jesús Santamaría Lambas. Colegio La Inmaculada. Valladolid. Prov. Compostela