La pedagogía de la presencia es una de las característica que define a Maristas. Este mes de abril, con ocasión de la Pascua, la presencialidad ha sido -literalmente- el rasgo más característico en las actividades y encuentros que se han producido alrededor de la Semana Santa de 2022, tras dos años de pandemia.
En el caso de Maristas Compostela, jóvenes de las etapas de Camino, Fuente y Horizonte han vivido de nuevo sus experiencias de Pascua. Tui y Vouzela acogieron el Camino de la Pascua el fin de semana de Domingo de Ramos, con la mirada puesta en Jesús de Nazaret, haciendo pequeñas paradas en el viaje de su vida y tomando consciencia de los pasos dados a lo largo de su día a día.
Fuente y Horizonte se han encontrado también en Tui para vivir la Semana Santa dedicando tiempo a escuchar el corazón, compartir la vida que brota en nuestro interior y contemplar a Jesús en su Pasión y Resurrección. Los días se llenaron de cantos, juegos, experiencias en cada etapa y celebraciones.
En la Provincia L’Hermitage se vivió con ilusión desbordante la Pascua de Las Avellanas, una pascua joven con casi 50 años de historia. Este año ha vuelto la Pascua presencial con casi 200 personas en el monasterio del mismo nombre, siendo la mayoría de Cataluña, pero también con grupos de jóvenes procedentes de Grecia. El objetivo, cumplido: renovar la mirada y vivir como jóvenes la Pasión, la Muerte y la Resurrección de Jesús de Nazaret.
Las familias también han tenido su espacio para celebrar la Pascua. En Llinars del Vallès, cerca de Barcelona, un grupo de 26 familias (unos 100 participantes) se han reunido con la comunidad marista de allí compartiendo dinámicas y celebraciones. Niños, niñas y jóvenes de los movimientos juveniles también han celebrado la gran fiesta de los cristianos en diferentes salidas en grupo. Salidas de convivencia, reflexión, celebración y diversión.
En Maristas Mediterránea, la Pascua ha sido más que una semana. Desde principio de abril han celebrado y realizado convivencias de pre-Pascua y Pascua: Iniciaron la pre-Pascua en Guardamar y en Xátiva los chicos y chicas de GA1-2-3-4 (5º, 6º de Primaria y 1º y 2º de ESO) de los colegios de Alicante, Cartagena, Denia, Murcia, Valencia. Una semana más tarde, el resto de escuelas en España (Badajoz, Bonanza, Huelva, Sanlúcar La Mayor, Sevilla, Córdoba, Granada, Jaén y Málaga). Al tiempo, los niveles de GA4 y M1 (2º y 3º ESO) celebraron sus actividades en Loja, Bonanza y Jaén.
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Tras las prepascuas, los jóvenes más mayores, Marcha y Comunidad (3º y 4ºESO, Bachillerato y universitarios), empezaron su propia experiencia de triduo pascual. Desde diferentes lugares (Guardamar, Bonanza, Jaén y Córdoba) pero unidos para celebrar la Pascua. Se ha movido y compartido mucha vida, con casi un millar de personas: casi 750 jóvenes participantes desde 11 a 24 años y casi 200 catequistas y acompañantes, de 18 a 80 años. Todos se han llevado la experiencia cristiana y un compromiso: “sal a ser sal”, un lema y una actitud para sus actividades pastorales y el mundo, al que salir y aportar.
La Provincia Ibérica altos números de participación también, con unos 640 participantes y 110 animadores. La Pascua de Acogida fue la primera, donde niños y niñas de 5º y 6º de Primaria se reunieron en Mohernando (Guadalajara), Lardero (La Rioja) y en los colegios de Navalmoral y Talavera. Acto seguido vivieron la Pascua los jóvenes de las etapas de Conocimiento y Crecimiento (ESO) de nuevo en Mohernando y en Orduña (Vizcaya). Finalmente, los días de Semana Santa un grupo de unos cuarenta jóvenes universitarios celebraron la Pascua, además de llevarse a cabo la Pascua familiar, todo ello en la casa marista de Lardero.
Este último encuentro es uno de los más importantes en Maristas Ibérica, ya que hermanos, familiares de hermanos, vinculados, fraternos, educadores y familias se reúnen para celebrar el triduo pascual y recordar el inmenso amor de Dios y la certeza de que Él siempre estará. Unido al lema “Escucha” de este año, la Pascua de Maristas también dedica tiempo a parar y escuchar al mundo, escuchar a Dios como familia para poder tender puentes y crear redes que nos sostengan.
En general, el tiempo de Semana Santa ha servido para celebrar y para agradecer. Entonar un profundo GRACIAS por la entrega, dedicación, tiempo e ilusión de todas las personas implicadas. Gracias a los participantes por su confianza y disposición a asistir; a los equipos por su labor de atención, servicio y escucha; y a los Hermanos por su acompañamiento y testimonio.
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